La tradición de los radioaficionados se basa en un derecho consuetudinario, con reglas escritas y no escritas, pero la tradición y las costumbres tienen fuerza vinculante, es decir no solo están atados a los escritos. La mayoría de los radioaficionados, dirigentes y funcionarios, desconocen estas reglas no escritas, por ende es necesario que eduquemos y cambiemos los paradigmas de los radioaficionados, obrando con moral y ética, esta la única forma de acabar con la mediocridad que nos rodea.