HAROLD S. BRIDE
Por David O. Norris, N8HKV.
[Traducido - adaptado de “CQ AMATEUR RADIO” – Junio 1989
El interés de N8HKV en el viaje del TITANIC lo llevó a buscar a uno de los radio operadores del barco. He aquí la historia de aquel operador y de la fatal noche de abril de 1912. Las tradiciones del radio aficionado tienen su origen en la rica historia de los radiotelegrafistas de la marina y de los telegrafistas que los precedieron. La dedicación de aquellos pioneros ha fijado el camino al profesionalismo y dedicación de los operadores de hoy. La Veteran Wireless Operators Association, Inc. enlista no menos de 44 radio-operadores quienes han dado su vida siguiendo esta tradición de servicio. La búsqueda de uno de estos primeros pioneros radio-telegrafistas nos recuerda el drama ocurrido en una fría noche de abril en 1912 en el norte del océano Atlántico. En una cabina detrás del puente del Titanic, un inglés de 22 años, Harold S. Bride se levantaba luego de unas pocas horas de sueño. Desde allí podía escuchar el ronco código Morse con que el Operador Senior Jack Phillips estaba trabajando en la habitación adjunta. Bride, como Segundo Operador, planeaba relevar a Phillips más temprano que lo usual para que este pudiera tomar un bien merecido descanso. Durante el día los dos habían trabajado por 7 horas para reparar su estación que había quedado fuera del aire. Ahora estaba nuevamente operativa, y el tráfico a través de la poderosa estación en Cabo Race se hallaba congestionado. Mientras Phillips operaba Bride sabía que él estaría sumamente cansado. La fatiga de Phillip fulguró un poco cuando el vapor CALIFORNIAN pasó un mensaje advirtiendo que estaban detenidos por el hielo. Con el natural equipo de radiotelegrafía de esa era, y como el Californian estaba a sólo 10 millas de ellos, éste bien intencionado mensaje retumbó en los auriculares de Phillips. Él, al instante, volvió para el Californian e irritado le ordenó “Cállese”. Y eso fue precisamente lo que hizo el operador del Californian, silenció la estación y se fue dormir. Bride salió de su camarote y fue a relevar a Phillips. Ellos estaban hablando, cuando el Capitán Smith abrió la puerta y dio la noticia de que el barco había chocado un témpano, y que debían estar preparados para enviar un mensaje pidiendo ayuda. Ni Bride ni Phillips habían sentido la colisión después de todo. Unos pocos minutos después Smith volvió y rápidamente ordenó comenzar a enviar el llamado “CQD”. Ambos operadores bromeaban al tiempo que enviaban los primeros mensajes. Contactaron al vapor FRANKFORT, cuyo operador dejó el manipulador para avisarle al capitán. Cerca de 10 minutos después el capitán Smith retornó con la posición exacta del Titanic y preguntó a Phillips qué era lo que estaba transmitiendo. “CQD” respondió Phillips. Bride acotó “Envía S.O.S. Es el nuevo llamado, y podría ser la última chance para enviarlo”. Los 2 operadores y el Capitán Smith rieron, probablemente el último momento jocoso de aquella noche. En realidad, las palabras de Bride eran más certeras de lo que él se hubiera imaginado. Antes de que esa larga noche terminara Phillips habría pasado a ser un Silent Key en el helado Atlántico Norte. Las planillas de radio indican que el buque Carpathia recibió el llamado de MGY a las 12:25 AM. Pero el Carpathia no escuchó los primeros llamados CQD transmitidos por la MGY, y envió los siguientes: MPA (Carpathia): “Digo, estimado amigo, sabe usted que hay una pila de mensajes viniendo para ustedes desde MCC (Cabo Race)?” MGY (interrumpiendo): “Vengan enseguida. Hemos chocado un iceberg. Es un CQD amigo. Posición 41º46´N, 50º14´O”. MPA: “¿Debo avisarle a mi Capitán? ¿Requieren asistencia? MGY: “Sí, vuelva rápido”. Podemos perdonar al radiotelegrafista del Carpathia pareciendo incrédulo. La estación MGY era el Titanic en su viaje inicial. Se creía que era inhundible. El vapor BIRMA recibió el CQD y respondió. El Titanic replicó urgentemente: MGY: “CQD-SOS desde MGY. Hemos chocado un iceberg, nos hundimos rápidamente, vengan a ayudarnos”. SBA (Birma): “¿Qué pasa con ustedes?”. MGY: “OK- Hemos chocado un iceberg y nos hundimos. PSE avise al capitán que vengan”. El poderoso Titanic, ahora parado y agonizando, comenzó a exhalar el vapor de sus calderas. El sonido era ensordecedor. Phillips y Bride no pudieron escuchar nada más en su shack por el ruido. En ese lapso transmitieron 15 o 20 veces: MGY: “CQD-SOS-CQD-SOS. Necesitamos ayuda de inmediato. Hemos colisionado con un témpano. Nos hundimos. No podemos escuchar por ruido de vapor”. Más tarde el Frankfort contactó al Titanic nuevamente para confirmar su posición y entonces copiaron: MGY: “Avise a su Capitán que vengan en nuestra ayuda. Estamos sobre el hielo”. DFT (Frankfort): “¿Qué pasa con ustedes?”. MGY: “Chocamos un témpano. Nos hundimos. PSE avise al Capitán que vengan”. Cerca de las 01:10 AM el Titanic contactó al buque OLYMPIC y transmitió: MGY: “Chocamos con un témpano. Nos hundimos 41º46´N, 50º14´O. Vengan lo antes posible”.
Más tarde esa noche el Carpathia avisó al Titanic que se dirigían hacia ellos rápidamente.
También respondieron el Frankfort, el Baltic, el Virginia, El Mt. Temple, y el Birma, así como otros barcos. El Californian estaba a sólo 6 millas del Titanic pero no respondió. Su estación de radio no estaba operando ya que el radiotelegrafista dormía. El éter estaba colmado de señales. Aún desconocían lo seriamente dañado que estaba el Titanic. A la 01:25 AM el Olympic envió al Titanic su posición y preguntó:
MKC (Olimplic): “¿Están ustedes dirigiéndose al sur para encontrarnos?”.
Bride y Phillips se miraron el uno al otro incrédulos y contestaron:
MGY: “Estamos poniendo a las mujeres en los botes”.
MKC: “¿Qué clima tienen?”.
MGY: “Claro y calmo. Sala de máquinas inundándose”.
El Carpathia recibió el último mensaje del Titanic a las 01:45 AM, el cual decía:
MGY: “Sala de máquinas hundida hasta las calderas”.
A las 02:00 AM el VIRGINIAN escuchó el llamado del Titanic casi imperceptible, como si su alimentación estuviera siendo reducida. Cerca de 10 minutos más tarde escucharon a MGY enviar dos “V´s”, aparentemente intentando ajustar en condiciones de potencia reducida. Siete minutos después escucharon débilmente la señal del Titanic la cual se interrumpió abruptamente.
A bordo del Titanic Phillip y Bride habían cumplido su deber en la más grande tradición. Ellos operaron su estación hasta que perdieron toda la energía. Quince minutos antes el Capitán Smith había retornado a la sala de radio y les había dicho: “Ya han cumplido con su deber completamente. Pueden hacer más. Abandonen su camarote. Ahora está cada hombre por sí mismo”. Smith lucía triste. Miró a lo lejos y dijo suavemente: “Así son las cosas en momentos como este”. Aún después de que el Capitán los hubiera liberado, Bride y Phillips decidieron quedarse en la estación tanto como durara la energía.
Para empeorar las cosas, momentos después un hombre trató de robar el salvavidas que Phillips llevaba puesto. Él estaba concentrado en las señales que recibía despreocupado de lo que ocurría. Bride, volviendo desde la otra habitación luego de tomar su dinero y unos papeles, saltó sobre el hombre. Los tres se trabaron en lucha. Ahora la cabina estaba oscura, la energía se había ido y el agua ya entraba por la puerta de la sala de radio. El Titanic solo tenía momentos de vida. Ambos operadores dejaron la estación, quedando el hombre tendido sobre el piso inconsciente. Las planillas de radio muestran la última señal del Titanic cerca de las 02:17 AM, sólo 3 minutos antes de que se hundiera, alrededor de las 02:20.
Llegando a cubierta, los dos operadores vieron que todos los botes salvavidas se habían ido. Se dieron la mano, se despidieron por última vez, y partieron. Phillips salió hacia la popa y Bride corrió hacia un grupo de hombres tratando de lanzar un bote. Cuando los alcanzó, el Titanic se zambulló, bañando a los hombres y a Bride. Él ascendió por debajo del bote luchando hacia la superficie. Eventualmente, él y 30 hombres escalaron el casco volteado donde pasaron el resto de la noche balanceándose. Desde allí tenían una pavorosa vista del Titanic elevándose sobre ellos. Su punta se alzó fuera del agua hasta que quedó casi vertical sobre el calmo océano. Luego, lentamente, se hundió en silencio, tomando velocidad, mientras se dirigía hacia su tumba, dos millas debajo del Atlántico Norte.
Durante la noche los pies de Bride estaban helados por el frío y aplastados por la masa de hombres apiñados sobre el bote. Aún con el intenso dolor él no podía correr a los hombres de sobre sus pies porque el más pequeño movimiento podía hacerlo caer en las frías aguas. Al amanecer fueron rescatados por el Carpathia, y luego de que transportaron a Bride a la cubierta perdió el conocimiento.
Lo siguiente que Harold Bride vio fue una mujer apoyada sobre él en una cabina, cepillando su pelo y frotándose la cara. Él fue llevado al barco hospital, donde le vendaron los pies permaneciendo allí hasta la noche. En ese entonces Harold Cottam, el radio operador del Carpathia, había trabajado por casi 36 horas y estaba exhausto. Asi que Bride fue invitado a ayudar allí y él aceptó. Con sus pies vendados fue llevado a la sala de comunicaciones, donde permaneció hasta que el Carpathia llegó a Nueva York.
Bride y Cottam nunca dejaron de enviar tráfico de salud. Los diarios y los oficiales del gobierno se enfurecieron cuando el Carpathia no pudo responder a muchas de sus preguntas. Bride justificó sus acciones diciendo que el sentía que los mensajes personales de los sobrevivientes tenían prioridad. Cuando se le preguntó por qué no respondió al U.S.S. Chester, un buque de guerra enviado por el presidente Taft a contactar al Carpathia, Bride dijo que él había respondido la pregunta del operador del Chester, pero que ese operador estuvo cegado por su insufrible incompetencia. Bride dijo que fue “insufriblemente lento, conocía el Morse Americano pero no el Morse Continental”, y llevó su paciencia al límite. Bride dijo, “el operador del Chester pensaba que lo conocía, pero era tan lento como esperar la navidad!”
El Carpathia ya había atracado en Nueva York y Bride estaba todavía pasando tráficos. Él no se percató de que un hombre entró en la habitación y permaneció callado hasta que Bride terminó de transmitir el mensaje que estaba enviando. Cuando Bride se dio vuelta, débil y exhausto, estaba cara a cara con el mismo Guglielmo Marconi.
Después de una entrevista del New York Times fue sacado del Carpathia y hacia la historia. Cuando volvió a Inglaterra aunque las fotografías no parecían mostrarlo, un joven vecino le remarcó que su cabello se había vuelto blanco! Por pedido británico Bride continuó en el servicio marino y sirvió en los barcos de la Armada Real durante la Primera Guerra Mundial. Luego de eso se perdió de vista.
En una cálida noche de Agosto de 1985, fui invitado a cenar con Walter Lord, autor de “A Night to Remember” y la más reciente “The Night Lives On”. Él estaba siendo entrevistado por Ed Hayman de “The Detroit News”, quien me había invitado. Hayman sabía que yo era un Titanic Buff y miembro de The Titanic Historical Society. Lord y yo tuvimos una noche maravillosa conversando acerca de la inolvidable noche de 73 años antes. Como radioaficionado, le pregunté a Lord qué había sido de Harold Bride. Lord dijo que mucha gente lo había buscado a través de los años pero sin éxito, y su paradero era un misterio. Como yo soy detective privado, Lord me lanzó una mirada por sobre sus anteojos y dijo, “tú eres el detective, David. Tú tendrías que ser quien encontrara a Harold Bride.”
Cuando me fui de la reunión esa noche, leí el nuevo libro de Lord, y resolví que trataría de llenar los años perdidos. Luego de casi un año y medio de investigación, obstáculos, rumores, y correspondencia nacional e internacional, finalmente “encontré” a Harold Bride. Él se convirtió en Silent Key el 29 de Abril de 1956 en Glasgow, Escocia. En realidad no pensaba encontrarlo vivo, pero debo admitir que me entristeció saber que se había roto otro eslabón de la fatal noche.
Un breve obituario en el Glasgow Herald del 1 de mayo de 1956 dice:
“En el hospital de Glasgow el 29 de Abril, Harold S. Bride, amado esposo de Lucy Downie, pasó a mejor vida – Funeral privado.”
No había nada más. Sus restos fueron cremados y nadie en Escocia además de su familia conocía el lugar que había tenido Bride en la historia. Sus propios sobrinos desconocían la fama de su tío hasta que encontraron recortes en la Biblia de su padre. El “Tío Harold” nunca habló acerca del Titanic. Él era un hombre común que sobresalió en circunstancias extraordinarias. Según algunos informes, dejó el Servicio de Marconi en 1916 y últimamente se había convertido en viajante de negocios. Él y su esposa Lucy tuvieron 2 hijas y 1 niño – Lucy, Jeanette y John. Se dice que luego de vivir en Escocia, Harold desarrolló un acento escocés diferente. ¿Quién podría haber sabido que el hombre de cabello rizado, regordete y jovial calle abajo había tenido un papel importante en el más grande desastre marítimo?
Harold S. Bride permaneció cómodamente en el anonimato en Escocia, según su sobrina, trabajando con su propio transceptor en casa, ocupándose vanamente con antenas, y quedándose hasta tarde para hablar con gente de todo el mundo. Su señal distintiva se desconoce actualmente, pero estoy seguro de que muchos veteranos podrían buscar en sus libros y descubrir “Harold QTH Ashcliffe Dunning, Perthshire, Escocia.” No hubieran imaginado que estaban contactando con uno de los más notables radiotelegrafistas en la historia.
La tradición de Bride, Phillips, y otros dedicados radio operadores ha establecido una meta emulada por miles de operadores a través de los años –auto-sacrificio para ayudar al prójimo. Creo que no hay mayor monumento sobre la tierra para esta gente que el manipulador de latón que descansa ahora en el velo oscurecido del Atlántico Norte, preservado en la abandonada cabina del Titanic.
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