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jueves, 11 de agosto de 2011

LECCIONES DE MEDIOCRIDAD

Las lecciones  de mediocridad se nos brindan diariamente. Para Ernesto Sábato ser original es en cierto modo poner de manifiesto la mediocridad de los demás.
Una historia muy conocida en las lecciones de mediocridad es la del maestro que llevó al alumno a una granja muy pobre donde todos vivían de lo poco que obtenían de su vaca. Sorpresivamente el maestro mató a la vaca y se fue con el alumno, quien quedó acongojado y perplejo por  su acción. Para sorpresa general al año ambos regresaron.
En la granja se respiraba prosperidad. La vaca había sido la excusa con la que justificaban su fracaso, el no hacer nada y conformarse con su situación. Para la mediocridad siempre hay aliados, sin embargo nada cambia por usar una excusa, la realidad permanece igual.
Un optimista hace lo que un pesimista impide. ¿Quién es más realista? En ambos casos lo que les pasa es el resultado de sus pensamientos dominantes. Muchos de esos pensamientos se ocultan en las conversaciones, las palabras anticipan los hechos que vendrán.

Serás lo que creas ser. Las vacas son la excusa para tener algo o alguien a quien culpar. Son verdaderas lecciones de mediocridad. La mediocridad es peor que el fracaso, porque este permite cambiar, cuando se toca fondo lo único que queda es subir. A la mediocridad, en cambio, el conformismo la hace soportable. La resiliencia es la aptitud del ser humano que le permite resurgir de las situaciones de máxima pobreza.

Diferentes vacas, recetas parecidas. La excusa parece ser un recurso de aplicación masiva y generalizada. Por eso hay justificaciones de todo tipo, escuchemos los discursos vacunos:
Vacas justificadoras: hay quienes están peor, odio mi trabajo pero gracias a que lo tengo, al menos tenemos para comer
Vacas inocentes: lo que me pasa es genético, o a mi nadie me apoya.
Vacas de falsas creencias: se es esclavo de lo que se tiene.
Vacas paralizantes: recién empiezo algo nuevo cuando estoy absolutamente seguro.
Vacas filosóficas: unos nacen con estrellas y otros nacen estrellados.
Vacas de autoengaño: lo importante no es ganar sino competir.

Orígenes y ventajas de mantener vacas enfermas. Las excusas proporcionan un beneficio secundario, mediante una especie de auto hipnosis impide que aflore la baja autoestima personal. Por ejemplo: cuando quiera dejo de fumar, soy bueno sólo para esto porque es lo único que aprendí. Muchas de estos pretextos son inculcadas a través de la educación.

Cómo matar a las vacas. El método utilizado por el maestro no es la mejor pedagogía, además que las soluciones no pasan por la parte  física sino por el cambio mental del cual se desprenderá  la nueva manera de pensar y de actuar. Los habitantes de la granja bien podrían haber buscado otra vaca salvadora: es decir mendigar o llorar  sobre la leche derramada. En ese caso las lecciones de mediocridad se mantendrían indefinidamente.
Lo primero que hay que hacer es identificar a la vaca, ¿cómo?: hay que mirar a las que poseen otras personas porque las propias no se pueden ver. Están escondidas en los pensamientos y se manifiestan en los comportamientos y en las pautas de conducta. Vienen disfrazadas de mentiras, excusas, justificaciones, pretextos, disculpas, evasivas, escapes, falsas creencias, limitaciones y miedos.
El segundo aspecto es descifrar las creencias que les sirven de soporte: yo no soy bueno para...., quién  puso esta vaca en ese lugar, dónde fue, ¿ es real? Hay que buscarlas en el vocabulario y dejar de usarlas prontamente.
El tercer paso es tomar conciencia de los costos de mantener la vaca atada. Para eso hay que abandonar la  zona de confort que proporciona y experimentar el dolor.
Posteriormente hay que listar los verdaderos beneficios que se obtendrán al abandonarla: decisión, disciplina, coraje, constancia.
Por último hay que lograr que los nuevos comportamientos, se constituyan en un cambio genuino, que la vaca no resucite al poco tiempo. Par eso hay que atacar a los pensamientos negativos cada vez que aparezcan.

Una vida sin vacas. Hay que aceptar que uno es el responsable de su éxito o de su fracaso,  el arquitecto de su destino. Para eso por cada idea debe haber un plan y una acción, y si faltan hay que tener cuidado: puede tratarse de una vaca infiltrada. En el juego de la vida se puede ser jugador o espectador, el ganador es el que piensa en positivo haciendo que las cosas ocurran,  mata a las vacas con la acción
No dejes que la vida te pase de largo para recordar luego las oportunidades perdidas, ataca las reglas, las normas y los límites. Olvida las lecciones de mediocridad que te impiden vivir.

Ver video "La Vaca" en este blog.

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